Qué cruel es el “hubiera”, lleno de vidas que pudimos tener, de personas que ya no están, de amores que lo fueron todo y nunca pudieron ser nada.
Qué cruel es imaginar las sonrisas que pudimos compartir, las experiencias que pudimos vivir, las emociones que pudimos sentir.
Qué cruel es no poder dejar atrás esos “hubiera” que siempre parecen brillar más que lo que sí fue.
Todo aquello que no pudo ser...
Qué cruel es pensar que pudo serlo.