Nunca supe lo mucho que mis labios anhelaban pronunciar las palabras “te amo” hasta que las pronunciaron para ti.
Nunca supe lo mucho que mi cuerpo anhelaba un abrazo hasta que me envolviste en tus brazos y sentí tu calor.
Nunca supe lo mucho que mi corazón deseaba llenarse de alguien hasta que tu nombre quedó grabado en el.
Nunca supe que mi alma quería entregarse tanto hasta que te la entregué completamente a ti.
Nunca supe que todo lo que anhelaba podía encontrarlo en ti.