Si alguna vez me encuentras perdida, mírame a los ojos, pues es en los tuyos donde siempre puedo encontrarme.
Si alguna vez me encuentras perdida, abrázame, pues es en tus brazos donde encuentro mi hogar, el lugar donde quiero estar.
Si alguna vez me encuentras perdida, háblame, pues es tu voz la que me brinda paz, me acompaña y me guía incluso en la oscuridad.
Si alguna vez me encuentras perdida, ámame, pues tu amor siempre será el faro que puede traerme de vuelta a la orilla.
Pero primero... encuéntrame.