Y si no vuelvo a verte a los ojos, nunca creas que no es de mi interés admirarte pero aún no aprendo a verlos sin perderme en ellos y enamorarme.
Si no vuelvo a caminar a tu lado, nunca creas que no es el lugar donde quiero estar pero aún no aprendo a caminar por esta vida estando a tu lado no pudiendo llamarme tuya.
Si no vuelvo a escucharte, nunca creas que no extraño la melodía de tu voz pero aún no aprendo a escucharla sin querer que pronuncie las palabras “te amo” para mi.
Si no vuelvo a abrazarte, nunca creas que es porque que no quiero sentirte pero aún no aprendo a soltarte si volviera a tenerte en mis brazos.
Si no vuelvo a hacer cualquiera de las cosas que solía hacer, nunca creas que es porque no muero por hacerlas pero aún no aprendo a vivir una vida donde mis sentimientos dejaron de tener un lugar en la tuya.
Me dejaste tantas cosas que aprender y por primera vez no quiero aprender ninguna pues sé que el día que lo haga... Habré aprendido a vivir una vida sin ti.