Y me miras así, con ojos que parecen desnudar mi alma, que me leen por dentro y me hacen sentir como alguien sin igual, un descubrimiento único en un vasto mar.
Tu mirada me habla sin necesidad de palabras. Puedo perderme en ella y encontrarlo todo: tu amor por mí, tus sueños, los caminos que has dejado atrás y los que aún deseas recorrer.
Hay en ella un horizonte que siempre apunta a nuestro futuro, y es el brillo de tus ojos el norte que guía a los míos. Es su luz la que busco en la oscuridad y donde encuentro calma ante la adversidad.
Con tan solo mirarme, el mundo se vuelve pequeño, pues en ellos hay un universo infinito, uno del que solo tú y yo sabemos, donde cada luz es un beso, cada cometa es un momento, cada abrazo forma galaxias, y con cada latido, ese universo se expande.
Es en la infinidad de tu mirada donde compruebo que nuestro amor tuvo un principio, pero jamás encontrará su fin.