No es solo un café. Es un momento.
Un momento para hablar de nuestro día, para soñar con nuestro futuro y reflexionar sobre nuestro pasado.
Un momento para perderme en tus ojos y sentir la calidez de tu sonrisa.
Es algo tan simple, un fragmento tan pequeño de la eternidad que construiremos juntos y, sin embargo, un momento en el que me encantaría quedarme para siempre.
Cuando estemos tristes o felices, cuando tengamos mucho que compartir o un silencio que compartir. En nuestro mejor momento o en el peor.
Vamos por un café.
Tengamos un momento.